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La Justicia detuvo este martes al ex gobernador de Entre Ríos y ex embajador en Israel Sergio Urribarri. La decisión se dio luego del fallo de la Cámara de Casación de Entre Ríos que dispuso este martes la prisión efectiva inmediata en la causa por corrupción en que había sido condenado en el 2022, tras una investigación de la ex fiscal Cecilia Goyeneche, informaron fuentes judiciales.
El fallo está firmado en forma unánime por los vocales de la Cámara de Casación de Paraná, Dras. Marcela Davite, Marcela Badano y María Evangelina Bruzzo. Gracias a su alianza con Cristina Kirchner, en el 2020 Urribarri fue nombrado embajador en Israel del gobierno de Alberto Fernández y la ex presidenta.
El pedido de cumplimiento efectivo de la condena había sido pedido por los fiscales entrerrianos Patricia E. Yedro, Gonzalo A. Badano y Juan Francisco Ramírez Montrull.
Los fiscales habían pedido el cumplimiento de la condena de Urribarri y de Juan Pablo Aguilera, y luego de dar por «acreditados los requisitos de admisibilidad del recurso, afirmaron que para «los mismos solicitaban la prisión preventiva efectiva, fundada particularmente en el riesgo serio de fuga, en atención al monto de la pena y modo de ejecución impuestos por sentencia de 07/04/2022».
Para los fiscales «también han quedado comprobadas las facilidades que tienen los imputados para abandonar el país o permanecer ocultos: se trata de personas con recursos económicos, que además se encuentran íntimamente vinculados a personas que pueden ayudarlos económicamente, que tienen capacidad para trasladarse de un lugar a otro y vínculos en el extranjero».
En un fallo de 74 páginas, en el voto rector los camaristas sostuvieron que «encontrándose acreditada la probabilidad de que en libertad los condenados puedan frustrar los fines del proceso, entiendo que se encuentran motivos suficientes para anular la resolución impugnada y disponer la prisión preventiva en unidad carcelaria, teniendo en cuenta especialmente que en función de los tratados internacionales que el Estado suscribió, este proceso penal debe ser sobreprotegido, en tanto el deber de investigar, juzgar y castigar tiene una mayor intensidad cuando lo que está en cuestión son delitos de corrupción como los que aquí se juzgaron».
Se trata del primer gobernador de Entre Ríos condenado y preso desde la restauración de la democracia en 1983.
En abril de 2022 Urribarri fue condenado a ocho años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, por los delitos de peculado y negociaciones incompatibles con la función pública. Así lo decidió por unanimidad el Tribunal de Juicios y Apelaciones de esa provincia, integrado por José María Chemez, Carolina Castagno y Elvio Garzón.
Después de que se conociera la condena, el entonces canciller Santiago Cafiero habló con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y desplazaron a Urribarri de la embajada argentina en Israel.
El Tribunal también condenó al cuñado de Urribarri, Juan Pablo Aguilera, a seis años y medio de prisión, y al exministro Pedro Báez, a seis años de prisión. Otro de los exministros del entonces gobernador ultra K, Hugo Marsó, fue absuelto.
El juicio concentró cinco causas por diversas irregularidades, y además de Urribarri, Aguilera y Báez, fueron juzgadas otras once personas.
Entre los hechos cuestionados, se dio por probado un esquema de retornos en cada operación financiada por el Estado provincial, o las contrataciones por 28,4 millones de pesos para la organización del encuentro de presidentes del Mercosur que se realizó en Paraná en 2014.
Los camaristas analizaron si esas y otras contrataciones cuestionadas, como la de pautas publicitarias en medios nacionales y la instalación de un parador turístico en Mar del Plata, tenían por finalidad promocionar la precandidatura de Urribarri a presidente de la Nación en 2015, a un costo de más de 14 millones de pesos.
Según informa la revista Análisis -cuyo editor, Daniel Enz, fue de los más profundos investigadores de la corrupción en los gobiernos de Urribarri-, la jornada comenzó este jueves por la mañana, cuando los jueces rechazaron todos los planteos defensivos interpuestos por los acusados.
La audiencia tuvo un primer cuarto intermedio cerca de las 11 y continuó por la tarde con la valoración de las pruebas por parte del tribunal. El último tramo, que duró unas tres horas, acabó al anochecer con la lectura de las sentencias.
La suerte del embajador kirchnerista en Tel Aviv comenzó a echarse cuando el tribunal -que arribó al veredicto por unanimidad- refutó las objeciones de las defensas respecto a la validez de algunas pruebas que resultaron claves para arribar a las conclusiones que fueron leídas más tarde.
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