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La controversia en torno a la presencia de crematorios en Concordia sigue en aumento.
La situación presenta una curiosa paradoja, debido a que, mientras residentes de Villa Zorraquin se movilizan y presentan reclamos legales y administrativos para detener las operaciones del crematorio del Obispado, y la empresa Trimor Servicios Sociales debió establecer su propio crematorio a la vera de la ruta 14, en exigencia de las regulaciones vigentes; en el barrio 6 de Febrero, una zona densamente poblada, los vecinos debieron enfrentar una situación adversa con reclamos que cayeron en “saco roto” ante el funcionamiento de un crematorio desde fines de los años ’90; tanto así que hoy aceptan con resignación y reconocen que se trató de “una pelea perdida”.
La situación en la ciudad respecto a la instalación de hornos crematorios es, por lo menos, atípica:
Mientras un grupo de vecinos del barrio Villa Zorraquin llevan adelante manifestaciones públicas, reclamos administrativos ante la municipalidad de Concordia y provincia, y acciones legales en la justicia local para que cesen las obras en el cementerio privado que pertenece al obispado.
El crematorio de la controversia en Villa Zorraquín
Este miércoles por la mañana la pelea tuvo un nuevo episodio en tribunales de Concordia en el marco de una audiencia en la que debieron comparecer las partes para expresarse respecto a esta controversia.
El abogado Walter Noir y los vecinos de Villa Zorraquín este miércoles en tribunales
Por otro lado la empresa Trimor Servicios Sociales no encontró tanta indulgencia de parte de las autoridades municipales y provinciales, por lo que tuvo que instalar su crematorio a la vera de la autovía 14, en una zona rural.
En julio del año pasado, Marcelo Belingheri, uno de los líderes de Trimor Servicios Sociales, dio una entrevista donde dejó entrever que la ubicación de su crematorio obedeció a «las obligaciones legales establecidas en Entre Ríos», que imponen una distancia mínima de 5 kilómetros respecto a áreas residenciales e instituciones.
Belingheri añadió que propuestas previas para situarse en el Cementerio Nuevo o en el Parque Industrial de Concordia fueron rechazadas, resaltando la complejidad de hallar un sitio adecuado en cumplimiento con las regulaciones.
El tercer caso -paradójico- que se suma y que termina de cerrar el círculo que da cuenta que el criterio con que se rigen algunas habilitaciones en la ciudad parece antojadizo o discrecional, es el del actual “Crematorio Mesopotámico”, ubicado en calle Villaguay, entre calle Las Heras y Pirovano, en frente a la parte trasera del Cementerio Nuevo, en el extremo oeste del mismo.
Este crematorio fue instalado en el corazón del barrio 6 de Febrero, rodeado de viviendas y su funcionamiento data de fines de los años ‘90.
Esta mañana, los residentes cercanos a este horno crematorio hablaron con el móvil de Radio Ciudadana, durante el programa Tarea Fina, y compartieron sus experiencias, destacando que en algunas noches se percibe un distintivo olor a quemado que se origina en la instalación.
También que en ocasiones se observa una emisión significativa de humo y un polvo similar a ceniza que se deposita en las plantas, especialmente en momentos de precipitación.
Además, destacaron la presencia constante de un ruido similar al de una turbina en funcionamiento, que se puede escuchar en diferentes momentos del día, sin un horario fijo para su actividad.
Ante los reclamos de los vecinos de Villa Zorraquín y la no habilitación del horno de la empresa Trimor, muchos se preguntaban cómo era que el crematorio Mesopotámico funcionaba con total normalidad y sin la oposición de los vecinos.
Sin embargo, la aparente calma, alguna vez, no fue tal…
DIARIOJUNIO pudo acceder a dos notas presentadas por los vecinos del barrio 6 de Febrero que dan cuenta que el reclamo fue persistente años atrás, pero tal vez como reconoció uno de ellos, el reclamo fue infructuoso y hoy se acepta como “una pelea perdida”.
Los documentos obtenidos revelan que tanto en 2005 como en 2016, la Comisión Vecinal lideró el envío de notas a las autoridades municipales solicitando la remoción del crematorio situado en la intersección de las calles Villaguay y Pirovano.
El primer llamado de atención al que accedió este medio fue emitido al entonces intendente Juan Carlos «Calucho» Cresto en septiembre de 2005.
En la misiva, los vecinos señalaron la incompatibilidad del crematorio con las normativas legales y la lógica misma, debido a su ubicación en un sector densamente poblado.
La carta hizo hincapié en la emisión de olores nauseabundos provenientes de los restos cremados, incluso de cuerpos en avanzado estado de descomposición.
Este clamor se repitió en el 2016, dirigido al actual intendente Enrique Cresto.
El documento, firmado por un vecino involucrado con la Comisión Vecinal, recalcó la persistente preocupación por la ubicación del crematorio, en abierta contradicción con las regulaciones legales y la lógica urbanística.
La nota también menciona la repetida emisión de argumentos similares a los presentados en 2005, subrayando la necesidad de poner fin a la situación.
A pesar de estos apremiantes llamamientos, el crematorio continúa funcionando en el mismo emplazamiento como lo viene haciendo desde hace más de 20 años.
En Concordia, con algunas cuestiones, nunca se sabe.
Las regulaciones y habilitaciones relacionadas con los crematorios parecen obedecer a un criterio caprichoso y discrecional.
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