Uno, que está galvanizado por una y mil luchas y porque está profesión de comunicador te pone en la primera línea de saber lo que ocurre y lo que está detrás y que no se ve pero se siente no puede dejar un lagrimón al escribir estas líneas.
Tras esa sonrisa de oreja a oreja de «Pelusa» hubo algo que la gente sentía en la comunicación cara a cara, era y seguramente lo será porque jamás será olvidado, un ser extraordinario, fuera de serie, porque solidario le queda chiquito, «Pelusa» era casi como un Dios para los que andaban escasos de moneda, el tipo que te daba, dos «yapas», el de agregarte algo como plus de tu compra y el afecto extrañable de su amistad.
Se podría escribir un libro de anécdotas de «Pelusa» y tal vez, cuando se aplaque nuestra injustificada ira que nos hace putear porque las parcas vinieron a buscarlo justamente a «Pelusa» que tanto lo necesitaban los carentes y nosotros, sus amigos, algunos visibles y otros invisibles pero que lo sentíamos tan humano y afable que solo podemos terminar esto deseando que su alma tenga un viaje estelar hacia el más allá y que Dios nos de la posibilidad de reencontrarnos algún día. Que Descanses en Paz y que brille para vos la luz que no tiene fin.
TABANO SC El SOL
