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Una vez superada la instancia de las PASO, los tres principales candidatos presidenciales, Javier Milei (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y Sergio Massa (Unión por la Patria), empezaron a diseñar su campaña de cara a las elecciones generales de octubre. El libertario ya apuntó contra su contendiente opositora para quitarle votos antikirchneristas, mientras que la exministra de Seguridad buscará recuperar apoyo en distritos que considera afines como Córdoba y Mendoza. A su vez, el postulante oficialista necesita mejorar su performance en el interior del país y apuesta al arrastre de Axel Kicillof y de los intendentes del conurbano en Buenos Aires.
Los tres candidatos presidenciales más votados en las primarias, pero especialmente los opositores Milei y Bullrich, también tienen la mirada puesta en los 11 millones de electores que se ausentaron el 13 de agosto, pero que estarán en condiciones de sufragar el 22 de octubre. Por su parte, Massa se focalizará en una estrategia para atacar el fuerte del postulante de LLA, que es el voto joven. Una estadística poselectoral que sacó UP indica que el peronismo perdió el 13% del apoyo que obtuvo en 2019 por la merma de su apoyo en ese segmento del electorado.
Según pudo saber LA NACION, los esfuerzos de Milei estarán puestos, a partir de ahora, en dos objetivos bien definidos. Por un lado, cristalizar su lugar como principal figura opositora al Gobierno. Y, por el otro, revertir la sensación generalizada de que las políticas que pretende llevar adelante en caso de llegar a la Casa Rosada son contradictorias con la gobernabilidad. Sobre todo, por su proyecto para dolarizar la economía, que ya recibió cuestionamientos técnicos tanto dentro del país como en los Estados Unidos, tras la reunión de candidato vía zoom con los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En JxC, en tanto, atraviesa una situación interna delicada, ya que Milei jugó públicamente la carta de la buena sintonía que mantiene con el expresidente Mauricio Macri, en un intento por restarle apoyo a Bullrich y abrir una grieta en la coalición opositora, lo que ya se evidenció en la renuncia de Elisa Carrió a su candidatura al Parlasur.
Todos estos movimientos ocurren mientras los encuestadores empiezan a medir el impacto del resultado de las PASO, bajo un “efecto espuma” que históricamente favorece al vencedor en los días posteriores al comicio. Los especialistas ya perfilan el escenario de octubre y proyectan quiénes de los tres candidatos principales tienen más chances de llegar al ballottage de noviembre. Aquí, las fortalezas y debilidades con las que llega cada uno:
El 30% de los votos le dio un envión natural al candidato de La Libertad Avanza de cara a las elecciones generales de octubre. El resultado le abrió el camino a Milei para posicionarse como el principal opositor del gobierno del Frente de Todos y dejar a la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, como una “copia mala” suya, de acuerdo sus propias palabras. Esta semana, puso el dedo en la llaga al especular con que “los votantes de Larreta están ideológicamente más cerca de Massa que de Bullrich”, en un doble juego: polarizar con el candidato de Unión por la Patria y, al mismo tiempo, dar a entender que a la exministra se le hará cuesta arriba conseguir acaparar los 2.675.000 votos que sacó el jefe de gobierno porteño.
Por otro lado, Milei especula con que gran parte de los 11 millones de electores que no acudieron a las urnas el pasado 13 de agosto, en octubre lo hagan para votar a La Libertad Avanza. “Nosotros tenemos altas chances de seducir a las personas que no fueron a votar, porque esos son los que están desencantados con el sistema y con el statu quo. Y quien mejor representa la oposición al sistema y al statu quo, somos nosotros”, lanzó el dirigente libertario.
La foto triunfal en el búnker de La Libertad Avanza cristalizó una postal de unidad, alejada de los cruces que marcaron la vida interna del espacio a lo largo de los últimos meses. Los ruidos que se produjeron por las denuncias por supuesta “venta” de candidaturas en el espacio y su posterior repercusión judicial, con una investigación iniciada en los tribunales de Comodoro Py, parecen haber quedado definitivamente atrás.
Milei tiene una preocupación principal: la fiscalización. De acuerdo a sus propias declaraciones, se la deberá “mejorar” para evitar los robos de boletas que, según denuncian desde el espacio, le hubieran equivalido a sacar “cinco puntos” más en las PASO. “En eso participaron activamente tanto la gente de Juntos por el Cambio como los kirchneristas. No hay diferencia entre ellos”, apuntó esta semana Milei durante una entrevista con la agencia Bloomberg. Sin embargo, a la luz de su performance en las provincias y los municipios del conurbano bonaerense, podría especularse con que el aparato del peronismo, ya sea por acción o por omisión, jugó a favor de La Libertad Avanza. ¿Se repetirá la historia en octubre?
Por otro lado, aunque Milei afirme que está “preparado para gobernar hoy” y que tiene a un gabinete “listo para asumir”, muchas son las dudas que genera la viabilidad de su plan, sobre todo en sectores del establishment. Reparos que, en varios casos, se convierten en abierta oposición. Esta semana, la Cámara de la Construcción (Camarco) y otras centrales empresariales defendieron “el rol del Estado” en la obra pública y cuestionaron las propuestas del candidato para fomentar la iniciativa privada en el desarrollo de la infraestructura del país.
Los niveles de radicalidad de las propuestas del candidato de La Libertad Avanza también podrían dejar a Milei a merced de una campaña negativa en su contrar y ahuyentarle posibles votos de sectores que temen ser víctimas de sus políticas. Es el caso de los investigadores del Conicet, que a partir de la promesa del libertario de cerrar el que es considerado como el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina ya comenzaron a entrar en estado de alerta.
Bullrich logró superar por amplio margen a Horacio Rodríguez Larreta en la interna presidencial de JxC. Despejada la disputa con el jefe porteño, la exministra siente que logró consolidar su liderazgo en el conglomerado opositor, lo que le permitirá unificar el mensaje en torno a la propuesta de un shock de orden y cambio profundo. La exministra doblegó a su rival en los distritos más poblados del país. No solo lo venció en la provincia de Buenos Aires, donde Larreta centraba sus expectativas, sino que le ganó en Córdoba, Santa Fe, Mendoza e incluso, en la Capital, donde Larreta gobierna.
Apenas se consagró, Bullrich se puso al frente de un operativo para aunar fuerzas con Larreta y sus aliados con el fin de fidelizar el voto moderado. Tanto Larreta como Gerardo Morales, Elisa Carrió y Miguel Ángel Pichetto o Diego Santilli se comprometieron a colaborar durante la campaña. Bullrich y Larreta acordaron que integrarán los equipos técnicos y de campaña. En paralelo, pretende exhibir la capacidad política y el sustento legislativo de JxC. Reunirá a gobernadores, intendentes y legisladores nacionales, para contrastar la “solidez” del equipo del espacio con la falta de estructura y apoyos de Milei. Aspiran a que el temor al giro incierto que propone el candidato antisistema les permita arrebatarle votos al libertario.
Bullrich apuesta a recuperar votos en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y aumentar su caudal en la provincia de Buenos Aires, sobre todo, en la cuarta, quinta y sexta sección electoral. También confía en fortalecerse en la región pampeana y movilizar a los votantes que no asistieron a las urnas. En el territorio bonaerense no solo cuenta con una amplia red de intendentes de Pro y la UCR que empujarán ahora una sola boleta de presidente, sino que sumará el apoyo de Diego Santilli, la carta electoral más potente que tenía Larreta. Bullrich se puso como objetivo desbancar a Axel Kicillof de Buenos Aires para arrebatarle al kirchnerismo su reducto principal. La agudización de la crisis y el impacto de la devaluación en la inflación desgastan a Massa y le permiten ilusionarse con pescar votos entre los desencantados con el peronismo.
El triunfo inesperado de Milei en las PASO la puso frente a un dilema: ¿debe radicalizar sus posturas para disputarle votos al libertario o ubicarse en el centro del escenario político para fidelizar el 11% que cosechó Larreta en las PASO? Por ahora, la postulante presidencial de JxC decidió que no confrontará con Milei, pero sí saldrá a diferenciarse. Por caso, dijo que no privatizaría la educación pública ni el Conicet o adelantó que no comerciar con China implicará fundir al campo. Debe ayudar a que JxC recupere terreno en Córdoba y Mendoza, donde el libertario se impuso en las PASO. La decisión de Juan Schiaretti de mantener su candidatura presidencial podría complicar sus chances.
Bullrich convive con la sombra de Macri. El exfundador de Pro la apadrinó en su carrera presidencial y la ayudó a fortalecer su andamiaje para la pelea con Larreta. Sintoniza la misma frecuencia del cambio, pero, ungida como la nueva líder del frente, requiere coordinar con el expresidente para despejar los fantasmas del “doble comando”. Los elogios de Macri a la propuesta de Milei y los guiños del libertario a la figura del expresidente provocaron ruidos en JxC. En el ala moderada consideran que esas aproximaciones a Milei debilitan a Bullrich en un momento crucial de la carrera electoral.
Después de una tensa interna, Bullrich debe tejer para minimizar los cortocircuitos con Larreta y sus socios y amalgamar a JxC. La renuncia de Elisa Carrió (CC) a la candidatura al Parlasur provocó ruidos en el espacio. Carrió se comunicó con la postulante presidencial y le explicó las razones de su decisión. Adujo que necesita preservar su salud, aunque trascendió que está molesta con Macri por su coqueteo con Milei. Consciente de que JxC perdió caudal electoral por las peleas internas, Bullrich requiere consolidar su liderazgo y alinear a las distintas ramas internas detrás de su figura con miras a la disputa con Milei y Massa.
El piso electoral del que parte Massa para la segunda etapa de la carrera presidencial es un millón de votos más elevado que el de Patricia Bullrich (5.070.104 contra 4.022.466), tomados como candidatos individuales. Eso lo pone, de acuerdo a fuentes de UP, en mejores condiciones que la postulante de JxC para meterse en un posible ballotage contra Milei el 19 noviembre. Además, Massa cuenta con el apoyo de los votantes de Juan Grabois (1.390.585) y de postulantes que quedaron afuera, como Guillermo Moreno (187.893).
Las herramientas de compensación que prepara Massa para mejorar los ingresos de distintos sectores que fueron golpeados por la devaluación. Entre ellos, un bono tanto para trabajadores públicos como privados, el aumento de planes sociales estratégicos como la AUH y también de las jubilaciones. Estas medidas se anunciarán desde el jueves, una vez que el ministro regrese de Estados Unidos tras una reunión cumbre con el FMI, previo desembolso de al menos 7.000 millones de dólares.
El hecho de que el tramo entre las PASO y las elecciones generales sea el más largo de la campaña presidencial juega a favor del oficialismo, que cuenta con mayores recursos que sus oponentes para volcarlos a la arena electoral. En UP consideran que Milei tendrá problemas para retener el 13% del voto de jóvenes pobres que LLA le quitó al peronismo en las primarias y que Bullrich llegará complicada de financiamiento, un rubro en el que aparecía mejor posicionado su contrincante interno Horacio Rodríguez Larreta.
El principal escollo que encuentra la candidatura de Massa es la situación económica, dado su doble rol de ministro y postulante a la Presidencia. La inflación de tres dígitos y la reciente devaluación en torno al 20%, con el consiguiente traslado a precios que el propio Massa busca evitar con acuerdos con supermercados y laboratorios, entre otros, son un ancla para su candidatura. A tal punto, que durante la semana debió ratificar que continuará a cargo del ministerio luego de que surgieran voces del propio oficialismo que le reclamaron un paso al costado para dedicarse a la campaña electoral a tiempo completo.
También lo es la negociación constante con el Fondo Monetario Internacional, que lo obliga a explicar el ajuste de las cuentas públicas antes que concentrarse en las propuestas para el próximo gobierno. El kirchnerismo, refractario a las recetas del organismo internacional, no está nada cómodo con la compañía del staff en medio de la tarea proselitista, mientras que Massa se desdobla en ambas tareas. De cara a octubre, el ministro-candidato buscará tapar esa falencia con la consigna “Estado protector vs. Ley de la selva”, con la que apuntará especialmente contra Javier Milei en un intento por polarizar la elección.
Entre las debilidades del postulante de UP también se cuenta el hecho de que Cristina Kirchner y La Cámpora parecen haberse desentendido de la campaña presidencial, en una actitud que también se expandió entre los gobernadores del PJ y los intendentes del conurbano. Entre los antecedentes de una actitud similar se cuenta la experiencia de Daniel Scioli en 2015. De todos modos, Massa inició una ronda de encuentros con estos actores internos de UP para tratar de revertir la inacción que primó en las PASO. Ayer exhibió el apoyo del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.
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